El artículo de Paco Audije refiere que se trata de una alianza del periodismo profesional con la comunidad científica del planeta. Coincide, a su vez, con postulados contenidos en el ensayo “La importancia de la comunicación para la gobernanza ambiental”, publicado por Joaquín Benítez en la revista COMUNICACIÓN del Centro Gumilla
Por: Paco Audije
07/05/2024
Hace poco más de dos años, surgió en Francia la idea de lanzar un manifiesto ético que defendiera el periodismo comprometido con los problemas ecológicos de nuestro tiempo.
Partía de la constatación de la abundancia de informaciones erróneas, malintencionadas y, en general, de los daños que causa la desinformación sobre el cambio climático.
“Esa desinformación impide la acción y la toma de conciencia climática, así que la idea es lograr una buena relación de los periodistas y los medios con la ciudadanía de modo que las cuestiones vinculadas al clima sean coherentes con las aspiraciones sociales”, según escribieron los impulsores de la que hoy figura como Charte pour un journalisme à la hauteur de l’urgence écologique.
Se trata también de una alianza del periodismo profesional con la mayoría de la comunidad científica del planeta.
Entre los promotores iniciales, había también un claro rechazo a la posible elaboración de un texto que –como un forúnculo de los tiempos– siguiera una cierta línea de tendencia moralizante.
En realidad, quienes quisieron hacerlo trabajaron un texto orientativo que actuara como brújula del “mejor tratamiento de los retos de nuestro siglo”.
Numerosas organizaciones internacionales, sobre todo europeas, diversos medios de comunicación, así como miembros de la comunidad científica, expertos, activistas de la sociedad civil, universitarios e investigadores, han firmado y asumido este compromiso.
Pueden comprobar quienes han respaldado y firmado esta Carta para un periodismo a la altura de la urgencia ecológica en la página siguiente. Busquen ahí si quieren apoyarla: https://chartejournalismeecologie.fr/les-signataires/
Y aquí les dejo su contenido traducido al español.
De nada.
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Tomado de: Periodistas en español
Carta para un periodismo que afronte la emergencia ecológica
El consenso científico es claro: la crisis climática y el rápido deterioro de la biodiversidad están en marcha, y las actividades humanas están en el origen.
Los impactos sobre los ecosistemas y las sociedades humanas se han generalizado y, para algunos expertos, son ya irreversibles. Los límites planetarios se van superando uno tras otro y casi la mitad de la humanidad vive ya en una situación de alta vulnerabilidad.
En su sexto informe, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) enfatiza el papel crucial de los medios de comunicación a la hora de “formular y transmitir información sobre el cambio climático”. Corresponde a todos los periodistas estar a la altura del desafío que representa el clima actual, muy inestable, al que deben enfrentarse tanto las generaciones actuales como las del futuro.
Ante la absoluta urgencia de la situación, nosotros, los periodistas, debemos cambiar nuestra forma de trabajar para integrar plenamente este tema en el procesamiento de la información.
Éste es el propósito de esta carta. Por ello invitamos a la profesión a:
1. Tratar el clima, los seres vivos y la justicia social de manera transversal. Estos temas son inseparables. La ecología ya no debe limitarse a un simple apartado de la información; debe convertirse en un prisma a través del cual hay que considerar todos los temas.
2. Hay que informar de manera pedagógica. Los datos científicos relacionados con cuestiones ecológicas suelen ser complejos. Es necesario explicar los órdenes de magnitud y las escalas de tiempo, además de identificar vínculos de causa y efecto proporcionando elementos de comparación.
3. Debemos cuestionar el léxico y las imágenes utilizadas. Es fundamental elegir las palabras con cuidado para describir los hechos con precisión y transmitir la urgencia a la hora de afrontar el cambio climático. Debemos evitar las imágenes gastadas y las expresiones fáciles que distorsionan y minimizan la gravedad de la situación.
4. Ampliar el tratamiento de los asuntos cruciales. No debemos remitir a la gente sólo a su responsabilidad individual, porque la mayoría de los trastornos se producen a nivel sistémico y exigen respuestas políticas.
5. Investigar los orígenes de las convulsiones climáticas actuales. Debemos cuestionar el modelo de crecimiento y sus actores económicos, financieros y políticos, y su papel decisivo en la crisis ecológica. Tenemos que recordar que las consideraciones a corto plazo pueden ser contrarias a los intereses de la humanidad y la naturaleza.
6. Garantizar la transparencia. La desconfianza hacia los medios de comunicación y la difusión de informaciones falsas que relativiza los hechos nos obligan a identificar con mucho cuidado la información y los expertos que citamos. Tenemos que identificar claramente las fuentes y revelar posibles conflictos de intereses.
7. Revelar las estrategias que algunos crean para sembrar la duda en la mente del público. Ciertos intereses económicos y políticos trabajan activamente para construir declaraciones que desvían la comprensión de los temas y retrasan la acción necesaria para enfrentar las convulsiones en curso.
8. Informar sobre las respuestas a la crisis. Investigar rigurosamente las formas de actuar frente a los problemas climáticos y de la vida, cualquiera que sea su escala de aplicación. Debemos estar atentos para cuestionar las soluciones que nos presentan.
9. Hay que formarse continuamente. Para tener una visión global de las convulsiones en curso y lo que implican para nuestras sociedades, los periodistas deben poder formarse a lo largo de su carrera. Este derecho es esencial para la calidad del procesamiento de la información: cualquiera debe ser capaz de exigir que su empleador le ofrezca una posibilidad de capacitación en temas ecológicos.
10. Oponerse a la financiación de actividades que surjan de las empresas más contaminantes. Para garantizar la coherencia del tratamiento editorial de las cuestiones climáticas y de la vida, los periodistas tienen derecho a expresar sin temor su desacuerdo con la financiación, la publicidad y los partenariados (asociaciones) con medios vinculados a actividades que consideren perjudiciales para los intereses de la humanidad y de la naturaleza.
11. Consolidar la independencia de las redacciones. Para garantizar una información libre de cualquier presión, es importante asegurar su autonomía editorial frente a los propietarios de sus medios.
12. Practicar un periodismo bajo en carbono. Actuar para reducir la huella ecológica de las actividades periodísticas, utilizando herramientas menos contaminantes, sin desconectarse del necesario trabajo de campo y sobre el terreno. Hay que alentar el fomento del trabajo de los periodistas locales.
13. Cultivar la cooperación. Debemos propiciar la participación de todos los periodistas en un ecosistema solidario de los medios que propicie una práctica periodística preocupada por preservar las buenas condiciones de vida en la Tierra.
Nota: un trabajo publicado en la revista COMUNICACIÓN, Nro. 203-204, dedicada a “Nuestra Casa Común”, habla de aspectos vinculados a los principios contenidos en esta carta. Se trata del artículo: “La importancia de la comunicación para la gobernanza ambiental”, escrito por Joaquín Benítez.
“Se entiende que todas las áreas temáticas vinculadas al ejercicio de la comunicación y la divulgación de información enfrentan unos desafíos generales y unos desafíos propios de cada temática, es por ello que muchos comunicadores se especializan en los temas que cubren”, dice Benítez en la revista de la Fundación Centro Gumilla.–