La isla de Margarita fue el nuevo escenario del encuentro de creadores cinematográficos. La edición de 2024 subrayó la necesidad de hablar de un país convulso, de despedidas y tragedia. La sombra del catire fue la película con más premios.
La sombra del catire se impuso en la más reciente edición del Festival del Cine Venezolano. Una película de la que se hablaba poco en redes y entre el público, pero que sigilosamente sumaba una participación de renombre: el Festival Internacional de Cine de Varsovia, perteneciente a la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos, en la que también están Cannes, Berlín, Venecia y Mar del Plata.
El largometraje dirigido por Jorge Hernández Aldana cuenta la historia de un hombre abrumado por las consecuencias de un pasado. En un paraje solitario del noroccidente venezolano, insiste en refugiarse en la soledad, en una vida áspera en un ambiente que transmite el agobio de una existencia, a la vez que ciertos personajes lo acorralan en una diatriba de remembranzas, violencia y perturbaciones. Esta historia exigente para el espectador y estéticamente bien lograda obtuvo quince premios en la categoría de ficción, incluyendo mejor dirección para el realizador radicado en México.
Mientras que en la competición de documentales, el premio mayor lo obtuvo La candidata, de Emil Guevara Malavé y Ronald Rivas Casallas, quienes exhibieron una obra que desde el comienzo del festival partía como favorita por la manera de hilvanar los pesares y aspiraciones de Argenis, Yanwaldo, Carlos, Eduardo y Javier, aspirantes al concurso Miss Gay Venezuela.
Pero no fueron las únicas películas galardonadas o con la venia del público. Desde que comenzaron las proyecciones el lunes 17 de junio de 2024, ya los asistentes a las salas de Cinex del centro comercial Costazul en Margarita empezaban a manifestar sus preferencias. Mi tía Gilma de Alexandra Henao fue una de esas obras que se anotó en las quinielas como favorita.
La visión de la debacle de un país desde los ojos de una joven generó empatía. El público vio cómo la muchacha buscaba sobrevivir a una calamidad familiar, mientras las calles del país estallaban para exigir cambio.
La película cuenta la historia de Isabel (Maryale Benites) quien vive con su tía (Diana Peñalver). Vive con ella porque su mamá se fue a otro país. Testigo del éxodo, la adolescente se tiene que hacer cargo de la casa cuando su tía es hospitalizada por los golpes de su pareja, un militar corrupto. Así, la muchacha enfrenta un mundo en un precario centro de salud, un país que poco le ofrece. En la gala del jueves 20 de junio, Mi tía Gilma obtuvo tres estatuillas. Si existiera premio del público, seguramente hubiese sido la más votada. [Continua leyendo…]
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