Jesús Abreu Mena
En una nueva coyuntura de financiamiento global, y en un entorno local cada vez más hostil y represivo, los medios de comunicación digitales independientes en Venezuela luchan por mantener su labor informativa.
Los riesgos de ejercer el periodismo, de informar y de defender los derechos a la libertad de expresión y de prensa aumentaron en Venezuela tras la elección presidencial del 28 de julio de 2024, un cuestionado proceso electoral que agudizó la profunda crisis política del país signada por un incremento de violaciones masivas de derechos humanos, según denuncias de organizaciones de defensa de DD. HH. nacionales e internacionales.
Terror, prisión y exilio son tres de los elementos que, de acuerdo con el más reciente reporte anual del Instituto Prensa y Sociedad (IpysVenezuela), caracterizan los intentos para, desde el poder, intimidar, perseguir y silenciar a la prensa y a medios de comunicación digitales independientes en Venezuela en el último año.
Doce trabajadores de la prensa, comunicadores y periodistas, permanecen detenidos o sometidos a un proceso que organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) califican de criminalización del ejercicio periodístico y como una violación al derecho a informar y estar informado.
Como si no fuera suficiente con el escabroso contexto y hostil entorno al que se exponen periodistas, y en el que operan medios de comunicación digitales independientes en Venezuela, hay que añadirle ahora, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, una crisis en el financiamiento internacional que constituye una nueva coyuntura que agudiza la asfixia de la prensa independiente venezolana y latinoamericana. [Continúa leyendo…]
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