Yovanny Bermúdez
Este trabajo parte de la premisa de cómo el arte y su estética pueden ayudar a reflexionar y actuar sobre aquellos lugares donde la violencia, la desigualdad y el conflicto están presentes en muchas ciudades. Como nos dice el propio autor: “En este trabajo proponemos analizar el papel del arte como herramienta de diálogo y construcción de pautas culturales para la vida en la ciudad, a través de dos categorías: geografías culturales y cartografías estéticas-simbólicas”.
El año pasado el Vaticano sorprendió en la Bienal de Arte de Venecia con una propuesta innovadora. La cárcel de mujeres de Giudecca, en Venecia, se transformó en espacio artístico con una instalación multimedia titulada Con mis ojos. El título está inspirado en un fragmento de poesía que evoca un antiguo texto sagrado y de un poema isabelino. “No te amo con mis ojos” (Shakespeare, Soneto 141) y un texto del libro de Job 42,5: “ahora te ven mis ojos”. Esta propuesta estaba diseñada para que el asistente, a través de sus propios ojos y sin ningún dispositivo electrónico, participara en un acto inmersivo donde el ver se transformara en tocar, y con la mirada abrazar visualmente, fomentando un diálogo entre la vista y la percepción. Este encuentro desafió los estereotipos carcelarios y las convenciones artísticas, entrelazando creativamente mundos aparentemente distantes y ajenos entre sí, pero en sintonía con la visión multifacética del papa Francisco. La cárcel, así, se transformó en un lugar de encuentro en el cual las privadas de libertad guiaban en el recorrido visual a los visitantes del pabellón.
Esta propuesta artística nos impulsa a reflexionar sobre los lugares desfigurados por la violencia, la desigualdad, el conflicto, presentes en muchas ciudades. Cada vez más, en las ciudades, nos encontramos con extensos territorios sumidos en la miseria, convertidos en “zonas de sacrificio” . Esos lugares son una exposición sociocultural y política que, al ser contemplados, nos impulsan a preguntarnos: ¿qué hacer y cómo lidiar con esos entornos destruidos y desfigurados? Y, además, ¿cómo podemos transformar esas “zonas de sacrificio” en laboratorios para la construcción de narrativas estéticas para la convivencia?.
El enfoque conceptual de Con mis ojos nos ayudará a crear una intersección entre estética y aquellos lugares desfigurados y destruidos. La contemplación estética nos permite adentrarnos en las complejidades de las personas, los lugares, los objetos, la naturaleza y las instituciones que conforman nuestra vida cotidiana. La “rapidación” con la cual afrontamos lo cotidiano nos lleva a rechazar la porosidad y la deshumanización presentes en la realidad:
[…] lo pulido, pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. […] ¿Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de su efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia.
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