Los jesuitas ante los desafíos del país

Queridos hermanos, jesuitas y laicos

La gravedad de la situación actual venezolana nos exige un discernimiento permanente desde nuestra vocación de servicio al Pueblo de Dios. Nuestro compromiso con la gente en muchas comunidades populares, con jóvenes y profesionales, con organizaciones sociales, nuestro trabajo educativo y nuestro servicio pastoral, nos sumerge en las muchas angustias que sufre el pueblo venezolano.

Como compañeros de Jesús de Nazaret, al servicio de su misión, nos sentimos convocados al análisis del momento que vivimos y a dar nuestro mejor aporte para transformación de las estructuras de pecado y de muerte que golpean a nuestro pueblo. Desde este Espíritu, habiendo escuchado las inquietudes de muchos compañeros jesuitas y siguiendo las directrices del P. Provincial, convoque en mi carácter de Viceprovincial una “Consulta Ampliada” para el análisis de la situación actual del país y de sus exigencias para nuestra misión apostólica. A tal

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efecto, nos reunimos conjuntamente la Consulta Canónica de Provincia y el Equipo Apostólico el pasado 30 de septiembre. Esta carta, aprobada por el Provincial, expresa la reflexión y los lineamientos que creemos deben orientar nuestra acción en este momento que vive el país.

El momento presente

El presente es tiempo de tragedia para Venezuela. El país padece problemas que no habían sido conocidos por las últimas generaciones de venezolanos. La mayoría de la gente vive con gran esfuerzo en una situación de sobrevivencia que empuja a vivir en trance, en shock, perdiéndose todo sentido de normalidad en la cotidianidad.

La sensación con la que se vive es de rabia y frustración. El empobrecimiento es masivo. La escasez y la incapacidad de adquirir lo poco que distribuyen las redes comerciales se traduce en hambre y miseria para la gran mayoría. La inseguridad crece en una violencia diseminada e impune. El autoritarismo político y la hegemonía comunicacional pretenden imponer un mundo demagógico y falso. El tejido social se desvanece y la institucionalidad es sinónimo de corrupción, opacidad e impunidad.

Organizaciones internacionales y muchos Estados del planeta hablan de crisis humanitaria en Venezuela y de violación de derechos humanos elementales. Las encuestas señalan que el 94% de la población dice que el país está muy mal y que más del 70% está a favor del Revocatorio al presidente de la República.