AUTOR: Verónica Flórez
El 22° Salón Jóvenes con FIA lleva el título Nómadas: habitar un mundo que se transforma y se encuentra expuesto en la Sala Magis de Arte Contemporáneo del Centro Cultural UCAB. Esta edición de Jóvenes con FIA contó con veintiún participantes, donde Sebastián Llovera se llevó el primer lugar con su obra Dispositivos para trayectorias no lineales, y los artistas Eric Mejicano, Gala Garrido, Jesús Briceño, Mara Perico, Rafael Arteaga y Eva Agüero menciones honoríficas. La exposición contó, además, con invitados como Víctor Hugo Irazábal, Elizabeth Cemborain, Ricardo Arispe y Vasco Szinetar. En esta oportunidad, cada artista tuvo la libertad de abordar la temática desde distintas perspectivas: social, política, literaria, testimonial, conceptual
Podemos asociar el nomadismo con viaje, recolección, movimiento, traspaso, ruta. Desde el momento del nacimiento se comienza inconscientemente un viaje: el de descubrir qué, quiénes somos. A lo largo de nuestras vidas, personas, lugares y objetos van construyendo nuestra identidad, nuestro cuerpo se transforma, comenzamos a tomar perspectivas desde las rutas que tomamos, rutas que registramos y hacemos nuestras. El nomadismo implica un viaje transformador, conformador, acompaña al humano desde su esencia más primitiva.
Ser un nómada en la segunda década del siglo XXI implica más que un traslado físico: transferir nuestra identidad del mundo tangible al digital, ingresar así a la red, descubrirla como un universo, divagar en su infinitud, es considerado el nuevo nomadismo. Experimentamos nuevas perspectivas gracias a lo que aprendemos y conocemos mediante estos traslados.
El nómada es una persona interesada en estar en constante movimiento, en resolver laberintos, recolectar todo lo que encuentra a su paso, hacer nuevas conexiones, registrar su viaje y compartirlo. Es una condición natural que nos acompaña desde nuestros ancestros más lejanos hasta la realidad hipermedia de hoy, siempre con el objetivo de descubrir lo que hay más allá de nuestros horizontes.
El lugar donde nacemos nos forma, nuestros viajes nos configuran. En ellos, conocemos y conectamos con personas nuevas, recolectamos objetos con los que trazamos mapas, nos adentramos en laberintos para salir de ellos y, desde distintas perspectivas, comprendemos que la realidad no es estática: los paisajes reales-virtuales se actualizan y complementan, como los nómadas, están en ininterrumpido cambio y movimiento.