Alejandro Armas
SUMARIO
El presente artículo tiene por objeto el análisis de las comunicaciones del candidato de la oposición Sergio Garrido para la gobernación del estado Barinas. El autor se centra fundamentalmente en el estudio de la estrategia comunicacional a través del empleo de la red social Twitter (@SergioGarridoQ) durante el período entre su inscripción como candidato (7 de diciembre de 2021) y la jornada electoral que le dio el triunfo (9 de enero de 2022).
Introducción
En noviembre de 2021 fueron realizadas las elecciones para renovar las autoridades regionales y municipales de Venezuela. Tuvieron lugar en un ambiente de arbitrariedad y ventajismo generalizados, a favor de las candidaturas de la elite gobernante chavista, característico de procesos comiciales anteriores desde la llegada al poder de la autodenominada “revolución bolivariana” en 1999.
Pero quizá el más grande de todos los atropellos fue la anulación del resultado electoral en la contienda por la Gobernación de Barinas, estado de los Llanos Occidentales. El conteo dio como ganador a Freddy Superlano, candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la mayor coalición opositora. El Tribunal Supremo de Justicia ordenó suspender este resultado, invocando una supuesta inhabilitación de Superlano, de la cual el Consejo Nacional Electoral (CNE), ente a cargo de administrar comicios en Venezuela, no estaba al tanto cuando aquel inscribió su candidatura.
No conforme con ello, además de Superlano fue inhabilitada su esposa, Aurora Silva de Superlano, la primera alternativa de la MUD para las elecciones que se ordenó repetir. Finalmente, la oposición se decantó por Sergio Garrido como candidato sustituto.
El reto para la MUD era mayúsculo. Garrido ha tenido una trayectoria política menos amplia que la de Superlano (el primero había sido concejal en el municipio capital de Barinas, mientras que el segundo representó por años al estado entero en la Asamblea Nacional). Apenas medió un mes entre la nominación de Garrido y la jornada electoral. Poco tiempo para convencer, en medio de las limitaciones comunicacionales y el desánimo generalizado de la población, que valía la pena hacer otro intento por derrotar al chavismo, incluso luego de que este suprimiera los efectos del esfuerzo original.
Sin embargo, Garrido no solamente ganó las elecciones repetidas, sino que lo hizo con un margen muchísimo mayor al de Superlano. En las primeras elecciones, la diferencia fue de apenas 130 votos entre Superlano y su contrincante chavista. El de Garrido fue de más de 44 mil votos. Asimismo, la abstención pasó de 54 % en noviembre a 48 % en enero.
Esta victoria fue un hito notable en el devenir político venezolano contemporáneo. Incluso ha sido señalado como modelo para los adversarios del chavismo en futuros eventos electorales de mayor trascendencia. Por lo tanto, muchos se preguntan cómo ocurrió. ¿Qué hizo la candidatura de Sergio Garrido para tener semejante éxito, en medio de una panorama en general turbio para la oposición?
Parte de la respuesta acaso recaiga en sus comunicaciones de campaña. El presente artículo tiene por objeto el estudio de esas comunicaciones. Específicamente, la actividad de la cuenta en la red social Twitter de Sergio Garrido (@SergioGarridoQ) durante el período entre su inscripción como candidato (7 de diciembre de 2021) y la jornada electoral que le dio el triunfo (9 de enero de 2022). Se escogió específicamente los mensajes emitidos por esta red social debido al registro de acceso público que dejan. Además, se ha vuelto uno de los principales recursos de comunicación de masas para la oposición venezolana, habida cuenta de la censura a sus mensajes en medios tradicionales; por ejemplo, según denuncia la organización no gubernamental Espacio Público, el 3 de enero la Comisión Nacional de Telecomunicaciones retiró del aire un programa radial de Garrido, transmitido por la emisora Ecos 91.1 FM).
Algunos antecedentes
Antes de pasar al examen que atañe al artículo, conviene revisar experiencias previas similares a las de la campaña de Garrido en Barinas para poder apreciar cuán significativo fue su triunfo y establecer comparaciones de contexto. No fue esta la primera vez que los efectos de un resultado electoral adverso al chavismo fueron anulados por razones ampliamente consideradas más políticas que legales, lo cual llevó a repetir los comicios afectados.
En 2014, los alcaldes de los municipios San Cristóbal (en el estado Táchira) y San Diego (en el estado Carabobo), Daniel Ceballos y Vincenzo Scarano respectivamente, fueron removidos y procesados criminalmente por tolerar protestas antigubernamentales en sus jurisdicciones. En las elecciones repetidas, la MUD nominó a Patricia Gutiérrez de Ceballos y a Rosa Brandosinio de Scarano, esposas de los burgomaestres apresados. Ambas ganaron. Pero en los dos casos se trató de municipios que han sido bastiones tradicionales de la oposición. Desde su llegada al poder a nivel nacional, el chavismo nunca los había ganado.
La oposición no tuvo la misma suerte en las elecciones regionales de 2017. En el estado Zulia, el abanderado de la MUD, Juan Pablo Guanipa, ganó. Pero el resultado fue anulado por su rechazo a juramentarse ante la llamada “Asamblea Nacional Constituyente”, un parlamento paralelo usado por el chavismo para legislar fuera de la Asamblea Nacional legítima y controlada por la oposición. Manuel Rosales, dirigente del partido Un Nuevo Tiempo, lanzó su candidatura en los comicios repetidos, a pesar de no contar con el consentimiento de la MUD, de la cual su partido es parte. Fue derrotado por su contrincante chavista.
El reto que tenía Garrido era más similar a la situación de Rosales en 2017 que la de Gutiérrez y Brandosinio tres años antes. Después de todo, es relativamente más fácil prevalecer en un municipio, cuya demografía siempre ha favorecido a la oposición, que en un estado entero, con una población mucho más heterogénea. Incluso si el estado en cuestión le ha brindado triunfos previos a la oposición en elecciones. Era el caso de Zulia, donde Rosales había sido gobernador de 2000 a 2008. Barinas, en cambio, nunca había tenido un gobernador opositor. Es un estado donde el chavismo ha sido considerablemente más fuerte que en Zulia, aunque la oposición sí triunfó en él en los comicios parlamentarios de 2015.
Aun así, Garrido consiguió lo que Rosales no pudo. Veamos ahora cómo lo hizo, a partir del elemento comunicacional de su campaña.
Una causa compartida
Para Hannah Arendt, la celebérrima pensadora de la política, la esencia del poder es la capacidad de las personas para unirse y lograr cambios importantes. Pero para actuar en concierto, es necesario que alguien convenza a otros de que el esfuerzo vale la pena. La política es, por lo tanto, en esta concepción arendtiana, un ejercicio siempre retórico. De ahí la importancia de las comunicaciones en una campaña electoral, la práctica política por antonomasia.
Podrá sonar obvio que el objetivo de Sergio Garrido en Barinas era persuadir a los habitantes del estado para que votaran por él. Pero en un país como Venezuela, donde no hay democracia real, persuadir a los ciudadanos para que voten por una alternativa a la elite gobernante tiene consideraciones especiales, ajenas a las de una campaña electoral ordinaria. Dado que el poder de facto se puede activar en cualquier momento para revertir expresiones de la voluntad ciudadana adversas a sus intereses, el sufragio se tiene que presentar como algo que va más allá del mero acto de depositar un voto en una urna y esperar a que una mayoría de votos similares se traduzca en políticas públicas. Más bien, el voto por la oposición se tiene que identificar como una suerte de movilización en son de resistencia.
Garrido, como otros políticos opositores en campaña, hubo de llamar a votar por él aludiendo a un conjunto de valores asociados con este tipo de causa política. Uno de ellos, es la unidad, cuya noción se ha vuelto casi omnipresente en el ideario opositor, se cumpla o no. Tan importante es, que figura en el nombre de la MUD, a la que se le llama coloquialmente “la Unidad”. Y más allá de la concepción deontológica de la unidad como virtud del movimiento opositor (la marginación provisional de intereses y posturas de partidos individuales en aras de poner foco en el objetivo compartido), hay un componente utilitario. Debido a la debilidad relativa de cada partido, ninguno de los cuales tiene algo siquiera cercano al apoyo mayoritario, las organizaciones opositoras tienen mayores posibilidades de éxito electoral cuando nominan a un solo candidato.
Garrido, en tal sentido, tuvo un buen punto de partida. Su nominación contó con el apoyo unánime de la MUD, e incluso con el de organizaciones políticas fuera de la MUD, como los partidos Avanzada Progresista y Fuerza Vecinal. Como vimos, en su campaña por la Gobernación de Zulia, Rosales no contó con ese respaldo. Más bien, el cuestionamiento de su candidatura por el resto de la MUD fue algo que jugó en su contra en el ambiente comunicacional de aquel entonces.
Seguramente consciente de todo lo anterior, Garrido no perdió tiempo en resaltar vía Twitter los apoyos que recibió. Esto ocurrió sobre todo a principios del período de estudio de este artículo, justo después de que Garrido se inscribiera. Además de exhibir la cohesión opositora en torno a su candidatura, estas expresiones pudieran haber tenido como propósito presentar, mediante los gestos de dirigentes nacionalmente conocidos, al propio Garrido, considerando que hasta entonces había sido un político de escaso renombre.
Así, la cuenta de Twitter de Garrido retuiteó mensajes de apoyo, no solamente de dirigentes y activistas de su propio partido (Acción Democrática), sino del excandidato presidencial Henrique Capriles (del partido Primero Justicia), del diputado Freddy Guevara (del partido Voluntad Popular) y del exalcalde Ronald Aguilar (del partido Un Nuevo Tiempo). También un tuit de Fuerza Vecinal.
De igual forma, Garrido usó su cuenta de Twitter para transmitir la presencia de Freddy Superlano, el ganador de las elecciones originales en Barinas, como un acompañante frecuente en su campaña (Superlano milita en el partido Voluntad Popular). El 13 de enero, anunció en Twitter una transmisión en vivo mediante la red social Instagram, junto con Superlano, a quien se refirió como “gobernador electo”, y su esposa, quien hubiera sido la candidata de la MUD de no haber sido inhabilitada. De esa manera se le recordó al público cómo Garrido llegó a su peculiar situación, por accidente, pero con el claro espaldarazo de sus predecesores. Superlano figura también en varias de las fotos y videos de actos de campaña de Garrido, difundidos desde su cuenta de Twitter durante toda la campaña, y para que esa presencia no fuera pasada por alto, en varios casos fue subrayada en el texto acompañante. Por ejemplo (el texto del siguiente tuit, y de todos los que aparezcan en este artículo, fueron tomados de la cuenta de Twitter de Sergio Garrido, sin edición alguna, excepto por la sustitución de los nombres de usuarios de la red por sus respectivos nombres reales, en aras de la claridad):
Recorrer cada rincón de nuestro estado es gratificante, ayer estuve en el municipio Alberto Arvelo Torrealba, por los sectores: poblado II, Sabaneta y pueblo nuevo. Donde está muy claro el triunfo que obtuvimos el pasado #21N con mi hermano Freddy Superlano.
Nada de fiesta electoral
Tal como se dijo antes, la participación electoral en Venezuela es un tema delicado para la oposición, debido a la falta de condiciones comiciales justas y al contexto no democrático en general. De hecho, entre 2018 y 2021 la MUD decidió abstenerse de tomar parte en elecciones. Fue apenas con las regionales y municipales del año pasado que retomó ese camino, y ello con cuestionamientos por sectores de la opinión pública.
En cualquier elección en la que participe, los adversarios del chavismo tienen que comunicar cuál es el propósito de dicha participación, al no haber ninguna garantía de que el resultado será respetado. Las campañas convencionales, propias de países donde sí hay democracia, no cumplen con ese propósito. Peyorativamente se les llama en Venezuela “fiesta electoral”.
La campaña de Garrido para evitar ese tipo de críticas, no podía ser excepción. No describió la situación como una competencia entre facciones igualmente legítimas e interesadas en el bienestar colectivo, sino entre un régimen no democrático y una oposición organizada que busca restituir la democracia en el país. Así, por ejemplo, su cuenta de Twitter en seis oportunidades (21, 23, 27, 28 y 31 de diciembre, así como el 8 de enero) se identificó como parte de una causa más grande, cuyo propósito es “devolver la democracia y/o la libertad” a Barinas y a toda Venezuela. Un ejemplo, correspondiente a un tuit del 28 de diciembre:
Organizados y movilizados! esa será la clave en las elecciones del próximo #9Ene. Conversando y aclarando inquietudes desde la pq Alto Barinas, con los habitantes de la zona, que hoy se unen para consolidar el cambio en Barinas, y así rescatar la democracia y la libertad en Vzla.
Nótese que se menciona a Venezuela entera, y no solo a Barinas. Aunque por lo general las elecciones regionales y locales dejan de lado las polémicas de tipo nacional para concentrarse en asuntos relacionados con las jurisdicciones en cuestión, eso es algo que a duras penas se puede hacer en comicios en contextos no democráticos. Para que la campaña tenga un sentido de trascendencia, tiene que circunscribirse en un movimiento mayor, de alcance nacional, con el objetivo final de un cambio de régimen, indispensable para un progreso real.
De hecho, Garrido expresó que su campaña podía ser un ejemplo para el resto de Venezuela, en términos de resistencia al poder hegemónico chavista. Parafraseando el Gloria al bravo pueblo, himno nacional de Venezuela, el 23 de diciembre tuiteó:
Por eso invito a que todos y cada uno de mis paisanos nos incorporemos de manera activa a esta lucha para que en un futuro muy cercano digamos al resto del país ¡SIGAMOS EL EJEMPLO QUE BARINAS DIO! #BarinasSeLevantó.
Para reafirmar la pertenencia de su campaña en la causa opositora, y para además demostrar conciencia del contexto no democrático en el que se encuentra, Garrido tuiteó el 8 de enero: “El entusiasmo y la verdadera esperanza de cambio, se respira desde el municipio Bolivar, un pueblo que quiere cambiar y salir de este régimen tirano”.
Asimismo, en un video difundido en su cuenta de Twitter, Garrido expresa sobre Barinas: “Hoy es conocida en cada rincón dentro y fuera de nuestro país por desafiar los mitos, derrocar la tiranía […] y extinguir una monarquía que ha azotado nuestro estado por más de 22 años” (la “monarquía” es presuntamente una referencia a la familia de Hugo Chávez, que ocupó la gobernación de forma casi ininterrumpida de 2000 a 2021).
Los problemas concretos
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, se debe tener en cuenta que Garrido no se estaba lanzando a la Presidencia de Venezuela, sino a gobernador de Barinas. Eso significa que su campaña no podía dedicarse completamente a la gran cuestión nacional, dejando por fuera las inquietudes específicas de los barineses.
Las elecciones regionales y locales generalmente tienen menos cabida para las cuestiones ideológicas y filosóficas, propias de las diatribas sobre la conducción de un país entero en el que conviven intereses y posturas harto disímiles. A los electores les interesa más bien el desempeño de las instituciones en cuestiones de su cotidianidad, que no se prestan mucho para aquellos debates. Por ejemplo, la recolección de basura o el mantenimiento vial.
En tal sentido, los comicios regionales y locales son bastante complicados para una campaña opositora, puesto que tienen que enlazarse con el gran problema nacional y levantar como banderas ideas abstractas (e.g. “libertad”, “justicia”), sin dejar de lado las cuestiones concretas como los servicios públicos. Es un equilibrio difícil.
La campaña de Garrido, en Twitter al menos, no se desentendió del todo de las inquietudes locales de los barineses, pero les dedicó mucho menos mensajes en relación a los que se refirieron a asuntos abstractos de índole nacional. Solo en un tuit del período estudiado, emitido el 15 de diciembre, Garrrido hizo mención a temas concretos en materia de servicios públicos.
Barinas representa, no solo el sentir de su gente sino el clamor de un país entero. Prioridades para atender: 1) Situación médico hospitalaria 2) Suministro de agua potable 3) Vialidad agrícola. Tenemos la imperiosa necesidad de defender la soberania del voto. #BarinasSeLevantó
Este tuit estuvo acompañado de un video, con segmentos de una entrevista a Garrido por la televisora Venevisión. Pero en ninguna parte del material audiovisual se hace referencia a las “prioridades” enumeradas en el texto.
En otro tuit, del 4 de enero, Garrido manifestó:
Caminamos por Juan Pablo ll, junto a nuestros hermanos de la Unidad y constatamos la dramática situación que padecen sus vecinos con los malos servicios públicos. Al igual que todas las comunidades del estado están abandonados, pero estamos seguros que esto cambiará.
Este tuit fue el segundo en un hilo, en cuyo primer eslabón el candidato expresó la necesidad de “reencontrarnos como hermanos en las soluciones, con la coincidencia de mejorar la calidad de vida de todos, sin excepción”. Igualmente, en un tuit del día siguiente, un video menciona el clamor por “soluciones” entre los barineses. Pero en ambos casos no se especifica a qué soluciones se alude.
Por último, el 21 de diciembre Garrido afirmó que estuvo en un sector del municipio capital del estado, donde escuchó “sobre las problemáticas que aquejan este sector”. De nuevo, sin más detalles.
Conexión por arraigo
El elemento final que llama la atención en las comunicaciones de campaña de Garrido es la identificación entre el candidato con el estado y su población. Esta identificación es un recurso de especial importancia en elecciones regionales y locales, pues permite crear lazos de empatía entre el candidato y los votantes. Si aquel es un residente de la entidad en cuestión, puede verse más auténtico exhibiendo los rasgos culturales de la región o localidad. Puede presentarse como alguien que conoce bien los problemas y necesidades de la población votante, por tenerlos cerca o incluso padecerlos. Todo eso contribuye con el desarrollo de la noción de representatividad que el aspirante a funcionario tiene en relación con la ciudadanía.
Enfatizar esa identificación era algo que a la campaña de Garrido le resultaba particularmente conveniente, considerando la identidad de su contrincante chavista, el exministro Jorge Arreaza. Nacido y criado en Caracas, Arreaza no solamente nunca había sido candidato a un cargo de elección popular, sino que además nunca estuvo vinculado con Barinas y su política. Garrido, en cambio, nació en la capital homónima del estado y fue ahí donde comenzó su carrera política, como concejal municipal.
Para Arreaza era mucho más difícil establecer una relación de identidad cultural, de empatía o de conocimiento de los problemas de los barineses. Y el contraste es mayúsculo por tratarse de alguien de la capital nacional, una zona históricamente acomodada y privilegiada en comparación con el resto del país y sobre todo con áreas rurales, que abundan en Barinas. Ese contraste se ha mantenido, y quizá hasta exacerbado, durante los gobiernos chavistas. Fuera de la capital las fallas en el servicio de electricidad son mucho más recurrentes y la escasez de gasolina es considerablemente más severa.
En tal sentido, es notable que Garrido haya evitado referirse a Arreaza en sus tuits durante el período estudiado. Pero sí enfatizó su identidad como barinés en más de una oportunidad. Por ejemplo, el 28 de diciembre tuiteó:
Caminar por estás calles, dónde viví mi infancia, me formé y tengo millones de recuerdos hermosos de mi niñez, me llena de alegría y fuerza para seguir con este compromiso. Hoy, me enorgullece ser el instrumento que Dios dispuso para Barinas, tras ganar las elecciones el #21N
Al día siguiente, tuiteó: “Yo soy Barinés, y por esa razón me duele mi tierra. Vamos juntos el #9Ene a consolidar el cambio de Barinas. #BarinasSeLevantó”
En el referido video difundido el 5 de enero se lee:
Este 09 de enero tenemos en nuestro poder la decisión de votar por un hombre que es de los nuestros. ¡Que nació, se crió y creció en nuestra linda Barinas! Y por eso la ama con lealtad y respeto. Tú lo conoces porque es del pueblo. Ese hombre es Sergio Garrido.
En un tuit adjunto, el candidato reafirmó: “como barinés comprometido con mi estado, me duelen los problemas que padecen cada uno de mis paisanos”.
Conclusiones
Con el regreso de la MUD a la “vía electoral” como ruta para alcanzar el cambio político, el grueso de la dirigencia opositora venezolana volvió a dicho caudal. Al momento de la redacción del presente artículo no hay en el horizonte eventos de relevancia en la agenda opositora, más allá de la preparación para los comicios presidenciales de 2024. Ya que en estos será el poder central lo que esté en juego, cabe esperar que esas elecciones serán un reto mucho más difícil para los adversarios de Nicolás Maduro que cualquier votación regional, considerando la indisposición del chavismo a renunciar a su hegemonía (la cual fue reafirmada por los requisitos que el CNE exigió en enero para llamar a referéndum revocatorio presidencial, imposibles de cumplir, tal como reconocieron los dos rectores del Poder Electoral que son independientes de la elite gobernante).
Por consiguiente, y más allá de cómo lidiar con la reacción del chavismo a un hipotético resultado desfavorable dentro de dos años, el liderazgo opositor necesitaría de un plan para alentar el voto en primer lugar. De la campaña sorprendentemente exitosa de Sergio Garrido pudiera obtener lecciones en materia comunicacional.
En Twitter, una herramienta de comunicación de masas importante debido a la censura en medios tradicionales, esta fue una campaña que, a pesar de ser regional, puso pocas veces el foco en los problemas de las localidades del estado, sin desentenderse del todo de ellas. Más bien se concentró en derrotar al chavismo y en nociones abstractas (e.g. “recuperar la democracia y la libertad”) como motivaciones para el sufragio. Ello indica que, en Barinas al menos, muy a pesar de la precariedad material de un país que perdió cuatro quintos de su producto interno bruto en menos de una década, las aspiraciones de tipo moral y abstracto se mantienen sorprendentemente fuertes. O se encontraban latentes y solo necesitaron estímulos correctos desde la dirigencia opositora para manifestarse. Dado que la debacle política y el desplome en la calidad de vida se extienden a lo largo y ancho de todo el país, esta estrategia de comunicaciones pudiera ser replicable a escala nacional, aunque confirmarlo requeriría de estudios de opinión, o convocatorias a asambleas de ciudadanos para la exposición de prioridades, estado por estado.
Como nota de cierre, es llamativo que Garrido rápidamente transformara su discurso tras su victoria electoral. El tono de desafío hacia el chavismo mermó de manera considerable, por no decir que desapareció. Más bien, el ahora gobernador de Barinas se ha afincado en el entendimiento con Maduro, reuniéndose al menos dos veces con él, en aras de “colaborar” en la atención de problemas concretos en su estado. Esos mismos problemas que muy poco figuraron en sus tuits durante la campaña. El efecto de este giro en la percepción de los ciudadanos que votaron por él pudiera ser el asunto de próximas investigaciones por parate de los especialistas en la materia.
Alejandro Armas
Periodista venezolano egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Magíster en Ciencia Política. Columnista en @RunRunesWeb.