El espacio cívico digital está bajo amenaza y las condiciones del juego de la política digital han cambiado: el liderazgo de las big tech de redes sociales y plataformas digitales que concentran un flujo significativo del mercado y la conversación pública global –como X Corp, Meta y Google, Microsoft, Apple y Amazon, principalmente–pasaron de protagonizar conflictos, tensiones y disputas políticas contra Donald Trump a ser aliados estratégicos a propósito de su regreso, como líder repúblicano, a la Casa Blanca para su segundo mandato presidencial en Estados Unidos. Con estos cambios han surgido intentos de resemantización de los principios de la democracia, libertad de expresión y derechos de los ciudadanos en el entorno digital. Así lo demuestra una revisión documental sistemática en la que consultamos 77 fuentes independientes, entre las que se incluyeron textos de análisis de especialistas, documentos oficiales, comunicaciones de las empresas, reflexiones académicas, estándares internacionales, aportes de organizaciones civiles y reportes periodísticos. Esta es la bitácora del meta-Estado.
El cogobierno de las big tech
Las garantías del espacio cívico digital están bajo amenaza. Abundan los intentos de vaciar de sentido los principios de libertad de expresión y para una Internet libre, abierta e incluyente. Así lo demuestra una revisión documental sistemática en la que consultamos 77 fuentes independientes, entre las que se incluyeron textos de análisis de especialistas, documentos oficiales, comunicaciones de las empresas, reflexiones académicas, estándares internacionales, aportes de organizaciones civiles y reportes periodísticos.
El balance demostró que las condiciones del juego1 de la política digital2, mientras tanto, han cambiado: el liderazgo de las big tech de redes sociales y plataformas digitales que concentran un flujo significativo del mercado y la conversación pública global –como X Corp, Meta y Google, Microsoft, Apple y Amazon, principalmente– pasaron de protagonizar conflictos, tensiones y disputas políticas contra Donald Trump a ser aliados estratégicos a propósito de su regreso, como líder repúblicano, a la Casa Blanca para su segundo mandato presidencial en Estados Unidos.
Juntos protagonizan una nueva alianza público-privada para blindar el poder político, tecnológico, cultural, económico y cívico con la intención de imponer un nuevo orden mundial digital3 centrado en dominar, controlar y reconfigurar la soberanía digital y la esfera pública digital para que responda a intereses ideológicos y, sin duda, desde ahí influir en la gestión de las infraestructuras, dinámicas sociales, condiciones geopolíticas y disputas territoriales que se dan desde Internet y tienen un impacto real y directo sobre la cotidianidad ciudadana.
Mientras tanto, voces independientes que abogan por la justicia digital global denuncian que esta sincronía entre el poder presidencial y las grandes empresas de tecnología americanas conforman una nueva broligarquía4 , bajo un liderazgo que comparte camaradería masculina5. Más de cien organizaciones6 del sur global que se unen en una declaración de protesta ante “… el creciente dominio autoritario político y corporativo sobre internet” consideran que esto es una “… amplia amenaza global para el sistema internacional basado en reglas, derechos humanos, paz, desarrollo sostenible y justicia ecológica».
Con estos cambios han surgido intentos de resemantización7 de los principios de la democracia, libertad de expresión8 y derechos de los ciudadanos en el entorno digital, impulsados por la nueva autoridad pública americana junto a líderes de grandes empresas tecnológicas, con la intención de erosionar los principios 9 de acceso universal, pluralismo y diversidad, igualdad y no discriminación, neutralidad y transparencia, privacidad y gobernanza multisectorial y, consecuentemente, erosionar las libertades y la soberanía en diferentes regiones del mundo10 . En este texto documentamos las nuevas restricciones y riesgos que han derivado en modificaciones de normas comunitarias, eliminación de celebraciones, dominios y denominaciones ya establecidas. También se ha visto la reducción de políticas y programas y medidas gubernamentales que ponen en riesgo la protección de los datos personales y la privacidad de la ciudadanía en Internet, a la par de que plataformas digitales eliminan o minimizan los programas y la información pública sobre diversidad, equidad e inclusión (DEI). Estos cambios que han ocurrido entre enero y marzo de 2025 afectan y tendrán impactos de largo plazo en los derechos humanos y las libertades digitales.
En este texto documentamos las nuevas restricciones y riesgos que han derivado en modificaciones de normas comunitarias, eliminación de celebraciones, dominios y denominaciones ya establecidas. También se ha visto la reducción de políticas y programas y medidas gubernamentales que ponen en riesgo la protección de los datos personales y la privacidad de la ciudadanía en Internet, a la par de que plataformas digitales eliminan o minimizan los programas y la información pública sobre diversidad, equidad e inclusión (DEI).
Estos hechos generan preocupaciones no solo para el espacio cívico norteamericano, sino también para América Latina donde las garantías para los “derechos fundamentales en espacios digitales” son frágiles debido a las potenciales “… afectaciones a la integridad de la información y a la protección del ejercicio de derechos de comunidades en situación de vulnerabilidad” en esta región, según ha insistido Derechos Digitales. [Continúa leyendo…].
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