María Gabriela Ponce Zubillaga
SUMARIO
Este artículo nos ofrece una selección de indicadores que denotan ciertos cambios observados en la situación de la juventud venezolana a partir de los resultados de las encuestas realizadas por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales-Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB) en los años 2013 y 2021. En ambos estudios se consideró como población joven a las personas de 15 a 29 años de edad, teniendo en cuenta la Ley para el Poder Popular de la Juventud ( República Bolivariana de Venezuela. Asamblea Nacional, 2009).
Contexto demográfico
Durante los años de crisis la población venezolana se ha empequeñecido como resultado de la combinación de una intensa emigración, menor producción de nacimientos e incremento de la mortalidad. La cifra de jóvenes de 15 a 29 años se ha reducido a 6 millones 817 mil, que en comparación al año 2013 representa poco más de un millón de jóvenes menos (1 millón 078 mil 323 personas), siendo este uno de los grupos más afectados.
De acuerdo a los reportes de la Encovi, casi la mitad (51 %) de quienes han abandonado el país eran personas de este grupo de edad con un mayor componente masculino (56 % hombres y 44 % mujeres), en los que la gran mayoría (87 %) de quienes emigraron fue a buscar trabajo o lo consiguió. Tres países concentran el mayor contingente de venezolanos de este grupo de edad en el exterior (74 %), Colombia, Perú y Ecuador con porcentajes de 48 %, 20 % y 10 % respectivamente. (Cuadro y gráfico 1)
Cuadro 1. Venezuela. Población por sexo y grupos de edad (2013-2021)
Educación – Inserción laboral
La cobertura escolar ha disminuido significativamente para el sector juvenil en el país. En el caso del grupo de 15-17 años, en el que los jóvenes deberían estar cursando los últimos años de la escolaridad secundaria o bachillerato –de carácter obligatorio de acuerdo a los preceptos de la Constitución de 1999– es donde menos se ha reducido esta cobertura –alrededor de cuatro puntos porcentuales para ambos sexos–, mientras que el mayor declive se observa en el tramo de edad de 18 a 24 años, correspondiente a los estudios universitarios, con diferencias para hombres y mujeres de 25 y 23 puntos porcentuales respectivamente. En el tramo de 25 a 29 años, la cobertura de la educación en 2021 se reduce a una tercera parte de la que se tenía en el año 2013. Estos retrocesos en la asistencia a un centro educativo también han agrandado las brechas entre los tres tramos de edad en los que se ha subdividido la población joven, dado que a medida que se asciende en la edad las reducciones entre los dos años en los que se establece la comparación (2013 y 2021) son aún mayores (Cuadro 2).
Es de hacer notar que en Venezuela la cobertura de la matrícula escolar según nivel educativo, generalmente es favorable a las mujeres. Ello ocurre en los dos primeros tramos de edad, mientras que en el grupo de 25 a 29 años, si bien la proporción es paritaria entre hombres y mujeres, el mayor descenso porcentual de la población del sexo femenino inscrita en un centro educativo genera una diferencia, aunque pequeña, a favor de los hombres.
Esta reducción de la cobertura también ha venido acompañado de una mayor proporción de población joven inscrita en el sector público en relación a la que agrupa el sector privado (Cuadro 3), entre otras razones por el cierre de centros educativos en este último sector y por las dificultades de los hogares de costear la educación privada, dado el empobrecimiento experimentado por buena parte de los hogares del país. La mayor reducción de la cobertura del sector privado de educación se da en los grupos extremos de esta subpoblación (25-29 y 15-17 años) con 25 y 24 puntos porcentuales respectivamente mientras que el menor –aunque acentuado– se registra en el tramo de edad comprendido entre los 18 a 24 años con 17 puntos porcentuales, probablemente, entre otras razones, por el deterioro experimentado por las universidades e institutos de educación superior del sector público.
Los resultados muestran un retroceso de los avances alcanzados hasta el 2013. La población con un nivel educativo de media incompleta o menos presenta un porcentaje similar en el 2021 al que tenía en el 2013, por lo que aún hoy cuatro de cada diez jóvenes venezolanos no completan la educación secundaria (Cuadro 4). Si bien una mayor proporción de jóvenes alcanza culminar los estudios de bachillerato actualmente, ello se contrapone al descenso de los jóvenes que logran finalizar sus estudios en el nivel terciario del sistema educativo (escolaridad técnica profesional o universitaria completa) que cae en once puntos porcentuales en relación al año 2013. Hay que resaltar en este aspecto que estas cohortes de población joven en el 2021 corresponden a generaciones cuya trayectoria educativa se inició con posterioridad a 1998.
Al analizar la condición de actividad de los jóvenes y sus variaciones entre los años 2013 y 2021, se observa en este último año que la doble exclusión del trabajo y los estudios es la categoría que más aumenta (catorce puntos porcentuales) en contraste, la proporción de jóvenes que solo estudian y de aquellos que trabajan y estudian de manera conjunta se ven reducidas. Solo el porcentaje de los jóvenes que trabajan no presenta cambios significativos (Gráfico 2)
Los principales problemas de los jóvenes
Los problemas que más afectan a los jóvenes y que reciben mayor número de menciones para el 2021 se concentran en las áreas de empleo (encontrar un empleo), educación (de calidad) y económicos, en orden de importancia (Gráfico 3). En el año 2013, el mayor número de menciones se agrupaba en torno a la inseguridad, que pasa a tener una proporción pequeña en 2021, seguida de los problemas económicos y encontrar un empleo. Como puede observarse, encontrar un empleo e inseguridad son problemas que antes y ahora siguen aglutinando la opinión de los jóvenes. No obstante, la inseguridad, mencionada por alrededor de la mitad de los jóvenes en 2013, pasa a ser reseñada por una proporción relativamente pequeña de los mismos en 2021. Algo similar ocurre con la violencia, que cae a una cuarta parte del porcentaje alcanzado en 2013. Caso contrario ocurre respecto a las oportunidades de educación de calidad, problema que crece de manera importante, llegando en 2021 a casi un tercio de los entrevistados que lo reseñan.
Los jóvenes y la política
Los jóvenes han perdido interés en la política, como bien se ha visto reflejado a través del descenso, de 20 % a 13 %, en la fracción de jóvenes que respondieron tener mucho interés en la política (Cuadro 5). Por su parte, la participación de quienes no tienen ningún interés ascendió de 24 % a 30 % entre 2013 y 2021.
Al comparar los niveles de confianza institucional entre ambos años (Cuadro 6), son las instituciones educativas, la Iglesia católica y los servicios de salud, en orden de importancia, las que concitan los mayores niveles de confianza entre la población joven. No obstante, la Iglesia católica y los centros de salud han visto más disminuidos sus niveles de confianza en el transcurso de los años.
En general, se observa un movimiento hacia la desconfianza con la excepción de las organizaciones empresariales, las cuales constituyen las únicas que elevan sus niveles de confianza respecto a 2013 en alrededor de diecinueve puntos porcentuales. Después del primer grupo antes mencionado y las organizaciones empresariales, el resto de las instituciones presentan porcentajes de desconfianza por encima del 50 %. Las Fuerzas Armadas, la Presidencia de la República y los partidos políticos, en orden de importancia, son las instituciones que más se elevan en los niveles de desconfianza para el año 2021, siendo estos últimos los que agrupan el mayor porcentaje de desconfianza en la población joven seguidos de sindicatos, la Presidencia de la República, la alcaldía y la policía (Cuadro 6). Esta pérdida generalizada de confianza en las instituciones posiblemente tenga relación con la crisis institucional que ha venido transitando el país conjuntamente con la crisis política, social y económica desarrollada en estos años, lo que posiblemente ha impactado tanto el interés en la política como el apoyo a la democracia –tradicionalmente más bajo dentro de la población joven– y los niveles de satisfacción con la misma.
El apoyo a la democracia por parte de la población juvenil ha descendido de manera significativa. El respaldo a la democracia expresado en la frase “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno” agrupa alrededor de la mitad de la población joven en contraste con el registro del año 2013 que alcanzaba al 78,3 % (Gráfico 4). Destaca el porcentaje de indiferentes que se registran en la categoría de respuesta “Da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático” con 25,5 % , duplicando la proporción registrada en el año 2013, mientras que la preferencia por regímenes autoritarios, crece en alrededor de trece puntos porcentuales entre ambos años aglutinando el 22,1 % de las respuestas en este sector de la población.
Los resultados de la encuesta muestran altos niveles de insatisfacción de la población joven por la forma como funciona la democracia en Venezuela y su deterioro entre los años base de comparación, lo que probablemente ha incidido en el menor apoyo a la democracia (Cuadro 7). Para el año 2021, la gran mayoría (80 %) se encuentra nada satisfecho o no muy satisfecho con una brecha porcentual de once puntos respecto al año 2013, mientras que solo el 20 % muestra satisfacción por la forma como se encuentra funcionando la democracia en el país.
Referencias
República Bolivariana de Venezuela. Asamblea Nacional (2009): Ley para el Poder Popular de la Juventud. Caracas.
División de Población de la Cepal y Naciones Unidas, D. d. (2019): World Population Prospects. Revisión 2019. Edición online.
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB) (2014): Análisis de situación de la Juventud Venezolana. Informe de Resultados de la Encuesta Nacional de Juventud 2013. Caracas: Disponble: https://issuu.com/adguillen/docs/ucab_an__lisis_de_situaci__n_de_la_.
María Gabriela Ponce
Licenciada en Sociología por la Universidad Católica Andres Bello. Estudios del Desarrollo por la Universidad Central de Venezuela. Profesora-Investigadora del IIES-UCAB.