AUTOR: Andrés Canizález
Esta entrevista fue realizada por solicitud de Gustavo Cimadevilla, presidente de Alaic, para ser parte de un libro conmemorativo de los cuarenta años de la asociación. Se publicó en 2018 con el título Del mimeógrafo a las redes digitales y fue coordinado por el propio Cimadevilla y por la expresidenta de Alaic, Delia Crovi. El libro puede descargarse en el sitio web http://www.alaic.org .
Conocer en persona a Luis Aníbal Gómez era una suerte de asignatura pendiente. Pilar fundacional de las investigaciones de la comunicación en Venezuela, muy rápidamente se dedicó a otros campos profesionales. En un par de ocasiones anteriores, en los que le mostré interés en conocerle y conversar, se excusó siempre en su supuesta falta de experticia investigativa en el campo de la comunicación y el periodismo.
Con frases del tipo: “Yo no sé nada de eso, yo me dediqué a otras cosas” o “Eso fue hace muchos años, ya no recuerdo qué sucedió entonces”, se excusó en esas oportunidades anteriores. Apelé a la común amistad con Antonio Pasquali para convencerlo de acceder a esta entrevista. Un Luis Aníbal totalmente lúcido, pero disminuido en su movilidad tras sufrir años atrás un ACV, me recibió en su departamento en Caracas, que definió como sus cuarteles de invierno.
Luis Aníbal Gómez sucedió a Pasquali en la dirección del Instituto de Investigaciones de la Comunicación, de la Universidad Central de Venezuela (Ininco-UCV), centro pionero en Venezuela y América Latina. El Ininco fue fundado en abril de 1974 y Pasquali lo dirigió en sus primeros cuatro años antes de pasar a ocupar posiciones dentro de la Unesco . Gómez fue director del Ininco entre 1978 y 1980, y es justamente en ese momento cuando se funda la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (Alaic).
Reunidos un conjunto de investigadores latinoamericanos en la sede del Ininco, en Caracas, en noviembre de 1978, se conforma oficialmente Alaic. Por aquellos años, la producción investigativa de la región no era cuantitativamente importante. Sin embargo, tanto por su objeto de estudio (el análisis de la dependencia económica y cultural, principalmente) como por su abordaje, con la aplicación fundamentalmente de la perspectiva crítica a la realidad latinoamericana, esta producción se había destacado y tenía impacto en el intenso debate internacional sobre comunicación e información.
Previo a su paso por el campo netamente investigativo, Luis Aníbal ingresó como profesor en la Escuela de Periodismo (que luego pasó a ser de Comunicación Social) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con la llegada de la democracia al país, en 1958, y se jubiló en 1980. Fue director de esa Escuela entre 1965 y 1969. Introduce en Venezuela la cátedra de Teoría de la Comunicación en 1965, cuando esa materia pasa a formar parte del pénsum de estudios en la UCV.
Alaic se fundó en Caracas en 1978 y su primer presidente fue Luis Aníbal Gómez quien, en ese momento, además de dirigir el Ininco era el presidente de la extinta Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación (AVIC).
La fundación de Alaic está, en aquella época, apalancada por la propia Unesco como quedó en evidencia en una reunión de veintiún investigadores latinoamericanos de la comunicación y seis expertos de la Unesco que se reúnen en Panamá, a fines de 1978, para trazar una estrategia que ayude a consolidar los estudios sobre el periodismo y la comunicación en la región (Martínez Terrero, 1978: 124).
En aquel contexto y precisamente con el aval de la Unesco, Luis Aníbal Gómez da a conocer varios de sus estudios e investigaciones: La circulación de la información noticiosa: el caso de Venezuela (1979), El desequilibrio de la información en América Latina (1979) y Los países del área andina en tres diarios de Caracas: un embotellamiento informativo (1978).
De forma previa, en la extinta revista Orbita Temas de Comunicación Social, editada en Caracas entre los años 70 y 80, Gómez publicó entre otros trabajos “La desmitificación del periodismo” (1977) y “La comunicación internacional alternativa” (1980).
Si bien la fundación de Alaic la protagonizan una docena de investigadores y no es hasta el año 1992 cuando la asociación comienza a hacer sus congresos y seminarios periódicamente, existe otro hito fundacional. Se trata de la XII asamblea general y Conferencia de la International Association for Media and Communication Research (IAMCR), la Aieri en español, que tuvo como tema central (a tono con el gran debate de la época): “El Nuevo Orden Informativo Internacional”. Esta importante reunión se celebraba por primera vez en América Latina y se efectuó en Caracas entre el 25 y 29 de agosto de 1980. Asistieron trescientos investigadores de 63 países y, al ser en un país latinoamericano, la recién fundada Alaic y las perspectivas de investigación en la región tuvieron una figuración importante en los días del evento, según las reseñas de aquel momento. No fue obviamente un congreso de Alaic, pero a la cabeza del comité organizador estaba Luis Aníbal Gómez, quien era presidente de esa Asociación. Se nuclearon y encontraron investigadores de diversos países latinoamericanos y cuando se ve en retrospectiva, aquella conferencia fue catalizadora en el proceso de construir la identidad de Alaic.
Aquella conferencia de la IAMCR fue uno de los primeros lugares donde la Unesco hizo una presentación pública del Informe MacBride. Todos estos elementos ayudan a comprender el papel fundacional y relevante que jugó en aquel período nuestro entrevistado en la gestión de los primeros años de Alaic.
Andrés Cañizález (AC): Luis Aníbal, el Ininco fue un centro pionero en la región ¿a qué obedeció su fundación?
Luis Aníbal Gómez (LAG):Fue una época muy distinta a la actual. Entonces la Unesco estaba encabezada por el senegalés Amadou-Mahtar M’Bow . Durante aquellos años era el tercer mundo africano muy interesado en el desarrollo del tercer mundo en su conjunto. La Unesco de entonces tenía un papel muy distinto y patrocinó una serie de eventos que, entre otras cosas, llevaron a que Pasquali se postulara para un cargo de dirección en París. Yo también trabajé para la Unesco, una vez que me retiré del Ininco, estuve con la Oficina de Información Pública en Caracas hasta el año 1986.
AC: Volviendo a la creación del Ininco, está todo el apoyo de la Unesco pero ¿qué los motivó a ustedes a formar ese primer instituto de investigaciones en Venezuela?
LAG: Bueno, ahí quien te puede responder esa pregunta es Pasquali, porque todo eso viene de Pasquali. Antonio fue un gran impulsor de esas iniciativas en Venezuela.
AC: Eso fue como el germen.
LAG: Eso me imagino yo…
AC: Y ahora, ¿qué lo vinculó a usted, digamos, a apoyar esa iniciativa, fundar el Ininco, qué lo movió a usted?
LAG: En primer lugar, en lo personal, yo estaba cansado del dictado de clases. Antonio y yo éramos profesores a dedicación exclusiva en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. En aquel momento solo dábamos clases, pero entonces se abrió la posibilidad de ir a fundar el Ininco, que en un primer momento se llamó Instituto de Estudios de la Prensa. Ni Pasquali ni yo proveníamos del campo de la comunicación, pero nos impactó mucho la escuela de Frankfurt, aquello nos llevó a leer a Adorno y a situarnos globalmente e históricamente en la etapa que estábamos nosotros, no en Venezuela ni nada, sino nosotros como estudiosos de la comunicación. Por aquel tiempo establecimos contacto con el peruano, muy famoso él, Rafael Roncagliolo.
AC: Al momento de crear el Ininco estaban usted y Pasquali… ¿y quiénes más participaron?
LAG: Bueno, Oswaldo Capriles que murió, Elizabeth Safar que está aquí en Venezuela y bueno, Raúl Agudo Freites que en el transcurso de este tiempo él murió. Así comenzamos, en primer lugar, con los estudios de la prensa para luego ir a los estudios de la comunicación.
AC: ¿Y en esa época que estudiaban ustedes, cuando analizaban la prensa, qué los motivaba?
LAG: Bueno, lo que nos motivaba era documentar los flujos de la información en aquella época. Por ejemplo, yo hice un estudio sobre el flujo informativo a partir de los intereses de nuestro país, que se publicó en la revista Órbita que dirigía Evangelina García Prince , quien sin ser propiamente investigadora estaba muy ligada a nuestras actividades en el Ininco. En aquel estudio que hice, yo me fui a las agencias internacionales de prensa representadas en Caracas y logré que me dieran los cables (noticias); entonces, yo puedo estudiar los cables que ellos emitían y los comparo con lo que salía en la prensa venezolana. El filtro era terrible. Existía un monopolio de la UPI y de la AP. Pude evidenciar que nuestra prensa estaba al servicio de intereses que no eran nacionales; otros intereses, extraños, y lo más grave, no tenían ni consciencia de eso. Yo no digo que sean del imperialismo, ni que sean de Estados Unidos. No estaban pendientes, no tenían conciencia de eso.
AC: Esas son las cosas notables…
LAG: Y poderlo demostrar. Eso fue lo que provocó que me dieran el Premio Nacional de Periodismo –por ese estudio– en 1978.
AC: Luis Aníbal, una vez que se crea el Ininco, ¿cómo se da la vinculación con las redes internacionales de investigadores?
LAG: A partir de 1978, cuando Antonio Pasquali se va a París, para ocupar una de las direcciones de la Unesco, aquello fue clave. También fue importante la presencia de investigadores venezolanos en el histórico congreso de la IAMCR, en Varsovia en 1978 . En esa reunión de Varsovia se acordó que el siguiente congreso se iba a realizar en Caracas, a cargo del Ininco y de la AVIC. Para nosotros era un enorme desafío después de lo que había sido la conferencia de Varsovia, incluso por el atractivo político que constituía entonces visitar Polonia, en comparación con venir a Venezuela.
De cara a preparar el congreso de la IAMCR en Caracas, viajamos a Alemania Elizabeth Safar y yo a reunirnos con una investigadora de mucho peso, la doctora Elisabeth Noelle-Neumann, una de las fundadoras de los estudios sobre la opinión pública. Noelle-Neumann planteaba que se hiciera un congreso con una sección muy importante de opinión pública, y le dije no, no estoy de acuerdo con eso, y Elizabeth Safar tampoco está de acuerdo. Lo nativo y característico de la IAMCR es la comunicación y no específicamente la opinión pública. Luego, cuando se dio el congreso en Caracas todo el mundo estaba muy contento. Lo hicimos en las instalaciones de Parque Central . Además, cuando se hace la conferencia de la
IAMCR en Caracas, en 1980, ya el presidente era Luis Herrera Campins , de quien yo era muy amigo. Yo estudié derecho hasta tercer año y en las aulas de clase compartí con él.
AC: En ese momento el Ininco tiene un papel central y usted mismo es un factor clave en organizar la reunión de la IAMCR, que de alguna manera visibiliza a Alaic en la comunidad internacional de investigadores de aquella época.
LAG: Bueno, la cosa es que había que organizar todo. En Venezuela ya existía el Ininco y la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación. Existía una similar en Colombia, existía la de México y la de Brasil, se quería fundar una en Panamá […] se trataba entonces de recoger esos trozos sueltos y crear Alaic, pero eso sucedió una vez que Antonio es nombrado con alto cargo de dirección en la Unesco y desde allí se le dio un impulso y respaldo. Personalmente, por aquellos años, yo publicaba artículos de prensa relacionados con la comunicación en el ya desaparecido Diario de Caracas. Eso llamó la atención de los funcionarios de la Unesco en Caracas. Una vez que salí de la UCV, jubilado, en 1980, gané un concurso en la Unesco para manejar la información de la organización en su oficina de Venezuela. Estuve allí varios años […] ¡pero no alcancé una jubilación por la Unesco!
AC: ¿Cuándo dejó el Ininco?
LAG: En 1980. Trabajé en la organización del congreso de la IAMCR, junto con todo el equipo del Ininco y de la AVIC, sabíamos que era algo importante para impulsar a Alaic. Después del congreso me jubilé de la UCV y, por tanto, dejé el cargo de director del Ininco y de presidente de Alaic y me dediqué al trabajo en el servicio de información de la Unesco, en Caracas. Mi papel en Alaic no fue gran cosa, yo lo que hice fue reunir a toda esta gente, investigadores que estaban en otros países .
AC: De aquel momento, ¿con quienes mantenía más relación en el seno de Alaic?
LAG: Con Martín Barbero, quien era vicepresidente; con la colombiana Patricia Anzola, que luego murió, y con el peruano Rafael Roncagliolo.
AC: ¿Y ese germen de crear Alaic ¿con qué tenía que ver? bueno, había gente de otros países, ¿qué otra cosa los movía a ustedes?
LAG: Había el sentimiento antiimperialista muy marcado en los académicos e intelectuales de América Latina. Además uno viajaba y se encontraba con un chileno o un peruano y todos, ¡todos!, no estábamos pensando solo en función de cada uno de nuestros países en particular, todos pensábamos en función de América Latina, entonces se fue conformando un movimiento del cual se creó Alaic. Yo, honestamente, no creía que aquello se pudiera mantener por mucho tiempo, y fíjate que Alaic ya llega a sus cuarenta años. Al salir del Ininco y de Alaic, en 1980, quedó a cargo Oswaldo Capriles, ya fallecido. Oswaldo se había burlado mucho de mí antes, ya que en un momento yo tenía muchos cargos, estaba en la dirección del Ininco, en la presidencia de la AVIC, en la presidencia de Alaic. Me decía Capriles: “Luis Aníbal, tú tienes tres o cuatro sombreros y tú te los quitas y te lo pones”. Después, a él mismo le tocó ponerse más de un sombrero.
AC: En la AVIC, que era la asociación nacional de aquella época, ¿qué se debatía entonces?
LAG: Discutíamos algunos problemas nacionales y, sobre todo, la posición internacional frente al tema del flujo informativo. Nos preocupaba el cómo se informaban las sociedades, no solo la venezolana. Además, nosotros defendíamos el concepto de Política Nacional de Comunicación.
AC: Y en aquel contexto, ¿cómo era la dinámica de trabajo de los investigadores venezolanos?
LAG: A nosotros nos protegían las universidades, tanto aquí en Caracas, en la UCV, como en el Zulia, en la Universidad del Zulia. Había un núcleo en Zulia en el que estaban unas muchachas, digo muchachas de aquella época; en este momento deben ser viejitas . La Unesco también apoyaba mucho en aquellos años. Una vez que se produce la salida de Amadou-Mahtar M’Bow y se produce toda la crisis en la Unesco por el tema de la comunicación y el Informe MacBride, la siguiente gestión del español Federico Mayor le dio un giro, y dejaron de tener importancia para la Unesco los temas de comunicación y cuestiones de prensa.
AC: Finalmente, Luis Aníbal, cuando usted mira la época actual y conectándola con aquella fundación de todas estas iniciativas de investigación ¿qué cosas piensa usted que serían relevantes investigar o cómo se imagina usted que debe conducirse la investigación de la comunicación, del periodismo en esta época?
LAG: Bueno, para mí, esta época es más interesante que aquella. En aquellos años el foco estaba en el descubrimiento de la importancia que tenía la comunicación humana entre los hombres, los intereses trasnacionales que estaban subyacentes. Hoy vivimos una dicotomía entre democracia y populismo, no se trata de lo que vivíamos hace cuarenta años en América del Sur, que era democracia o dictadura. Y definitivamente el Internet nos ha cambiado la vida, a mí me la cambió por completo.
NOTA: Tras producirse el fallecimiento de Luis Aníbal Gómez este 13 de marzo de 2019, consideramos pertinente publicar este texto en nuestra revista Comunicación y así contribuir a que se le conozca en Venezuela entre estudiantes, profesores e investigadores de las nuevas generaciones.